La Llorona dibujo en crayola Luis Eduardo Alemán Suazo |
La mujer que salió en el noticiero
nocturno lloraba desconsolada, le contó al periodista que fue engañada por un
hombre y en un momento de locura abandonó
a su hijo para seguir a quien le había prometido amor. Ella vestía un huipil
viejo color plomo por el polvo acumulado por los años y reboso negro que
ocupaba para secar sus lágrimas, su rostro demacrado delataba que hace mucho tiempo
dejo de ser joven. Ella era la mismísima “Llorona”, esa Llorona de los cuentos
de terror de los abuelos.
¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde está mi hijo?
¿Dónde está mi hijo? gritaba mientras el periodista le pedía que mirara a la
cámara, para hacer más dramático el asunto, el camarógrafo aprovechaba el
momento para hacer un zoom a los ojos lagrimosos de la mujer.
Ya son siglos los que han pasado y no lo
encuentro, por favor ayúdenme que sepa que lo quiero, decía la señora sin dejar
de llorar.
Las redes sociales no se hicieron
esperar, la noticia por su puesto se hizo viral, inundando las plataformas con cientos de
hashtag, #Yoapoyoalallorona #LloronaYoSeDondeEstaTuHijo #LloronaYoTeApoyo
#LloronaMalaMadre.
Había mensajes de apoyo, de ataque y de burlas, se convirtió
en el principal meme de la semana hasta hubo uno que otro que la acuso de ser
la causante del brote de conjuntivitis que afectó al país.
Los medios de comunicación aprovecharon
el momento para lograr algo de rating la invitaron a todos los programas
matutinos para entrevistarla, empresas la buscaron para pedirle que fuera su
imagen, camisetas, lentes oscuros, toallas de mano con su imagen, aunque ella
no obtuvo nada de eso, fue la atracción principal del circo viral.
A las dos semanas un nuevo personaje se
robaría la atención del público y La Llorona volvería al olvido. Mi vecino dice
que la escucho hace unas cuantas noches pasar por su casa gritando ¿Dónde está
mi hijo?.
Luis Eduardo Alemán Suazo
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