En uno de mis
tantos viajes en la ruta 106, noté cómo los chavalos a pesar de ir tan
incomodos en la unidad de transporte no paraban de enviar mensajes de textos,
algunos ni siquiera miraban el teclado para escribir, que viejo me sentí.
En mis tiempos
universitarios, si bien ya se chateaba, no existían tantas redes sociales como
ahora, que te hacían ganar tanta agilidad.
Nuestro profesor
de sociología, nos decía que las tecnologías revolucionarían la forma de
comunicarnos, sería la transformación del lenguaje, fomentaría y EVOLUCIONARÍA
la escritura, ayudaría a una comunicación directa y más personal.
Y pues, así es,
los tiempos cambian, el mundo tecnológico evoluciona a cada momento,
contribuyendo a que las formas en que nos comunicamos registren alteraciones,
ya sea en su forma oral o escrita y en esta modificación la juventud, es la
vanguardia.
La expansión del
Internet, y la aparición de Facebook, Twitter, Google +, Pinterest, Instagram y
otras redes sociales, es ahora el principal lienzo para la conversión de la
comunicación sobre todo escrita.
La estructura de
los mensajes usados en las redes sociales, están basados sobre todo en
mutilaciones de letras que crean un lenguaje único entre un emisor - receptor y
viceversa, esto debido a la inmediatez de la comunicación y en ocasiones al
poco espacio que le da la plataforma de envío.
Durante el
viaje, también recordé con una sonrisa un tanto malvada a mi profesora de
Español, estoy seguro que esta metamorfosis del lenguaje no le gusta mucho,
sobre todo porque muchos han trasladado las grafías del chat a la escritura
cotidiana, ocasionando un serio problema al mundo lingüístico, pobre de la profe normalista.
Esta nueva forma
en la escritura, se convirtió en una pequeña investigación lingüística que en
otra entrega les prometo se las contaré.
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