La pequeña Maita, no es tan pequeña como antes, ya no necesita que le ayuden a caminar. Camina sola por toda la casa, por el patio, de un lado a otro. Un día, decidió salir a caminar. Camino mucho, camino por el mundo.
Inició su andar sola, al pasar el tiempo encontró a alguien que quiso caminar con ella y caminaron juntos, hablaron de todo, del sol, la luna, las estrellas, de todo, luego esa persona se cansó. La pequeña Maita siguió caminando.
Más tarde, encontró a alguien más y caminaron juntos, caminaron mucho, rieron mucho, pero La pequeña Maita tuvo que caminar nuevamente sola, y viajo sola por largo tiempo, su amigo se había cansado de andar.
Un día la pequeña Maita dejó de caminar, no estaba fatigosa, podía seguir andando si así lo quisiera, pero ya era suficiente, había encontrado lo que buscaba.
Luis Eduardo Alemán Suazo.
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